lunes, 9 de mayo de 2016

LA CABEZA PARA LLEVAR PELO






Para quien quiera ver más dibujos de esta artista.
http://ninadesan.blogspot.com/


En mi primera entrada os hablaba del cambió de armario debido al fin de una temporada e inicio de la siguiente, y el caos que conlleva.
Hoy como el armario ya lo tenemos arreglado, en este caso para el  verano, toca relajarse un poco, mirarse al espejo y ver que tanta falta te haría un buen corte y una buena dosis de tinte que te tape las ya visibles canas, que la edad no perdona, y por algún sitio se tienen  que hacer de notar los condenados años.
Pues bien, yo me fui a la peluquería de una amiga, en estos centros normalmente tienes como entretenimiento, hablar con tu peluquera, cosa que en este caso yo practico, o bien coger el Lecturas y ver lo bien que viven muchos personajes famosos, con yates de lujo… o más bien casas flotantes, mansiones de esas que yo estoy segura me perdería si entrara, y viajes que para algunos bolsillos están más que vetados, no digo yo que no las mire ¡Lo hago! Pero veo las fotos y voy pasando de hoja, me cuesta ver toda la pila de lecturas acumuladas en los meses que no he ido….no llega a 10min.
El caso fue que el otro día con el tinte puesto en la cabeza, había escogido un color con reflejo rojo y estaba en ese momento mirando una revista  de cortes de pelo cuando, la mujer que se acababa de sentar a mi lado se saco del bolso un libro y se dispuso a internarse en el, por lo que yo me pregunte muy duramente el porqué no se me había ocurrido a mi tamaña idea cuando llevo el ebook o libro físico que estoy leyendo en esos momentos a todos lados, menos a este “supongo que es—me dije—porque me paso el rato hablando con mi amiga, así no me aburro y no me pega por pensar en la lectura, la verdad, la conversación fluye”.
Cuando me llevó a lavarme la cabeza y quitarme el potingue que llevaba  ya me había perdonado a mí misma, y es que todo a la vez no se puede hacer, aunque nos gustaría en más de una oportunidad.
Más si no me hubiera perdonado ya, lo hubiera hecho con el masaje de cabeza que te hacen una vez finalizado la limpieza del potingue, y que se llama tinte en realidad (lo digo por si alguna no lo sabe porque no lo haya hecho nunca, digo, lo de tintarse el pelo, ya nos estamos liando) seguro que quien no lo sepa llegara un momento que lo sabrá, bueno…pues te masajean el cuero cabelludo y en esos instantes te relajas tanto que si tienes algún conflicto interior se desvanece, ¡que sí! que te lo digo yo.
Como nueva, me senté en la silla para ya proceder al corte, y yo lo quería corto, dos dedos por debajo de la oreja, los dedos acostados, lo digo por si alguien no lo tiene claro, y por detrás algo más corto, haciendo forma de V, la parte problemática llego con el flequillo, ¡¡Joder!! Es que me crece muy rápido y no tenía ganas de al mes estar otra vez allí para que me lo recortaran, así es que le dije que lo recortara más, enseñándole una foto de mi hermana en la que llevaba un flequillito que me gustaba, se puso manos a la obra y cuando acabó me dijo “Qué ¿te gusta?” Y yo pensé “Si que me gusta el flequillo de vasca”. La verdad es que no me pensaba que iba a ser tan cómodo.
Así es que de allí me salí con un nuevo look, mi flequillo a lo vasco y sabiendo que la próxima vez, yo por si acaso, me llevaré el libro a la peluquería, que si lo saco a pasear tampoco pasará na, y el también se alegrará de tomar un poco el aire.



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